17 febrero 2011

Ocurrencia onírica: Entre la niebla.

El aire es una mezcla homogénea de tarde y madrugada, piso fuerte sobre las bielas para moverme sobre el sendero conocido, transitando entre la niebla en busca de quién... No es espesa la nube que me rodea, es pesado y húmedo el frío que me circula de nariz a pulmones y de pulmones a nariz o a mi boca, por donde sale transfigurado en nueva nube aunque pequeña que se desvanece rápidamente antes que sea más fuerte su ilusión.
Me vuelvo más pequeño al ver los verdes moldeados que crecen a mí alrededor y el terror crece con cada giro.
El tiempo pasó, estabilizo sobre el verde húmedo, sigo a pie, a lo lejos ya se asoman los pies o cabeza del Sol. Se acabó. Doy la vuelta y tomo mi volante, la salida no se mantiene lejana, se acerca cada vez más, pero mi admiración se aleja hacia el gran celeste.
Ya amaneció y, como veo ahora, también afuera...

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